Ciprés

Ciprés (Cupressus sempervirens)

Cupressus sempervirens, tiene gran longevidad, existiendo ejemplares con más de 1000 años. Su altura entre 25 y 30 metros o más, por lo general depende su tiempo de vida. Excepcionalmente pueden alcanzar hasta los 42 metros.

Dada su simbología funeraria, los cementerios suelen tener los mejores ejemplares, aunque por la estética de su porte, es también empleado en decoración de parques y jardines.

No está clara la procedencia de su simbología funeraria. Se piensa, dado que es un árbol que siempre está verde y majestuosamente apuntando al cielo, que ayudaba a las almas de los muertos a elevarse en esa dirección.

En otras zonas el ciprés fue considerado como un símbolo de hospitalidad. De acuerdo con Teofrasto el ciprés común estaba consagrado a Hades, el dios de la muerte, ya que sus raíces nunca daban nuevos brotes una vez talado el árbol.

Horacio indica que los antiguos enterraban a los muertos con una rama de ciprés y envolvían el cuerpo con sus hojas. Por su parte Plinio el Viejo comenta que una rama de ciprés colgada en la puerta de una casa era un signo fúnebre.

En la antigüedad se plantaban a la puerta de una vivienda dos cipreses para indicar a los viajeros que la hospitalidad de la casa les ofrecía comida y cama durante unos días.